Guía de comunicación para enfermos de Alzheimer u otras demencias

11.03.2015 15:38
La alteración de la comunicación es una de las manifestaciones más tempranas de la enfermedad de Alzheimer, después de los problemas relacionados con la memoria. Se estima que alrededor del 40% de los pacientes en fase leve o moderada de la enfermedad presentan estas alteraciones, mientras que la prevalencia en las fases severas es del 100%. 
 
Conviene decir que no todos los aspectos del lenguaje se ven afectados de la misma manera, y que existe gran variabilidad entre los sujetos y entre las diferentes fases. A pesar de ello, podemos hacer  uso de una serie de pautas y buenas prácticas para favorecer la comunicación entre paciente y cuidador o familiar.
Pautas para facilitar la comunicación con enfermos de Alzheimer y otras demencias:
  • Buscar temas de actualidad para mantener el contacto con la realidad.
  • Buscar temas de interés que lo motiven.
  • Dar tiempo a que intervengan y para que transmita lo que intenta decir.
  • Pedir su opinión sobre las actividades a realizar (ayuda a mantener el sentido de autonomía, independencia y control de la situación).
  • Ofrecer dos alternativas de respuesta (incluso sólo una)
  • Preguntar, incluso si sólo puede responder si/no (¿te gusta la camisa? ¿tienes hambre?)
  • Utilizar todos los sentidos para ayudar a recordar e iniciar una conversación
  • Mostrar fotos antiguas para recordar memorias remotas y situaciones placenteras.
  • Utilizar la música como medio de expresión de sentimientos y para evocar palabras
  • Potenciar lenguaje automático (poesías, canciones…)
  • Utilizar el juego para comunicarse e interaccionar con los demás
  • Intentar enseñarle visualmente lo que se le quiere decir.
  • Decir las cosas de manera sencilla 


Poniendo el foco en la comunicación verbal:

  • Hablar en forma suave y pausada transmite seguridad.
  • Se debe adecuar el lenguaje a las nuevas y constantes limitaciones que impone la enfermedad.
  • Los comentarios hechos con sentido del humor suelen ser más eficaces que el uso de imperativos.
  • A pesar de que la capacidad de entender y de seguir conversaciones disminuye, es importante incluir al enfermo en conversaciones en las que él pueda participar en alguna medida.
  • Ante preguntas o explicaciones sin sentido se debe evitar la discusión. Es mejor cambiar de tema o seguirle la corriente, pero sin añadir elementos que puedan confundirlo más.
 
La importancia de la comunicación no verbal y del lenguaje corporal:
  • Hacer que la comunicación verbal y la no verbal coincidan.
  • La mirada y la expresión facial no deben mostrar preocupación
  • Toma mucha más relevancia la comunicación no verbal.
  • Se debe transmitir a la persona enferma sensación de seguridad.
  • Gesticular poco a poco.
  • No se le debe poner nerviosa ni verbal ni físicamente.
  • La persona afectada por esta enfermedad es extremadamente sensible al interpretar el estado
  • El humor de las personas que le rodean tiene un efecto directo sobre el estado de ánimo del enfermo.
  • Tocar con cariño al enfermo, acariciarlo, es una buena manera de transmitirle seguridad, si lo acostumbró antes. 
  • Ponerse siempre delante del enfermo, presentarse y mirarle a los ojos.
  • Acercarse a la persona de frente y lentamente.
  • Tocarles antes de hablar, para que no se asusten
  • Transmitir sentimiento de bienestar y calor.
  • El contacto físico ha de ser amable y suave para mostrar amor y cuidado
  • No utilizar la fuerza, ni gritar 
  • Mantener el contacto visual

 

 Adecuando nuestra manera de hablar: 

  • Hablar lenta y claramente
  • Utilizar lenguaje sencillo y frases cortas.
  • Usar palabras familiares.
  • Utilizar frases concretas y cortas.
  • Usar un vocabulario sencillo
  • La conversación debe ser simple, pero al nivel de adulto (no tratar como si fuese un niño)
  • No levantar el tono de voz
  • Ser positivos. Hablar en positivo
  • Acompañar el habla con gestos ligeramente exagerados y valiéndose de la expresión facial y otros signos de comunicación no verbal.
  • La comunicación verbal y no verbal debe ser coherente
 
Cómo facilitar la comprensión:
  • Saber escucharlos, observar las expresiones de la cara y los gestos.
  • Repetir la información utilizando otras palabras
  • No fingir que ha entendido el mensaje si no lo ha hecho, puede producir frustración para ambas partes.
  • Observar la respuesta del paciente al contacto físico (aceptación, más reacios…) y adecuar este contacto según la necesidad de cada persona.
  • Potenciar cualquier otro sistema de comunicación (visual, propioceptivo, con sonidos no verbales…) 
  • Asegurarnos que nos ha entendido
  • Hacer referencias continuas sobre la persona o el tema del que se está hablando
  • Tratar de orientarles utilizando nombres  de los familiares y tipo de parentesco
  • Hablar de temas o sucesos que puedan recordar, o de cosas simples o cotidianas
  • No saltar de un tema a otro de la conversación
  • Poner atención al tono emocional con que habla.
  • Mantener la calma y ser pacientes   


 Simplificar las actividades:

  • Dar instrucciones paso a paso.
  • Utilizar instrucciones simples y sencillas: “Vamos a preparar la ensalada”, “Coge un tomate”, “Ahora, coge una zanahoria”…
  • Facilitar que participe de la conversación.
  • Hacer las preguntas de una en una.
  • En situaciones sociales, evitar las conversaciones rápidas en las que varias personas hablan a la vez, o se cambia rápidamente de tema.
 
Cómo actuar ante preguntas repetitivas:
  • Manteniendo la calma.
  • Con respuestas sencillas.
  • Pidiendo participación del paciente (mira el reloj de la pared...).
  • Utilizando mecanismos de distracción: distraiga a la persona enferma con algo distinto para ver, oír o hacer.
  • Escriba la respuesta a las preguntas más frecuentes. Abrácela y demuéstrele cariño, si es apropiado para la persona. 
Por último, pero no menos importante: las actitudes 
  • Una escucha activa puede ayudarle a responder de forma positiva.
  • Evitar dar informaciones erróneas o hacer falsas promesas.
  • Ayudar y estimularles a ejercitar las tareas que puedan desempeñar.
  • Respetar las cosas que son importantes para el paciente (higiene personal, no hablar de ellos ante otras personas, respetar sus costumbres, creencias...).
  • Expresar los sentimientos con palabras afectuosas y caricias. Estimularlos y ayudarlos a demostrar su afecto.
  • Tener mucha paciencia. Dejarles tiempo suficiente para actuar y/o rectificar.
  • Ser comprensivos y tolerantes.
  • No reñirlos, no avergonzarlos, no hacer comentarios negativos.
  • Participar con ellos en las actividades, supervisarlos y estimularlos.  
  • Durante la realización de AVD, descomponer las actividades complejas en varias sencillas, siguiendo siempre los mismos pasos, en el mismo orden y acompañarlo con instrucciones claras y sencillas.
  • Si no responde a instrucciones: imitación.
  • Evitar discusiones sobre ideas falsas o equivocadas.  
  • Ser flexibles, adaptarnos a: las necesidades y el ritmo del paciente, los cambios de comportamiento y al estado actual del paciente (modificar nuestro forma de comunicarnos en función de la evolución).
  • Escuche y aprenda a reconocer los sentimientos y emociones, más que las palabras.

Aritz Arozarena
Enrique Gómez
Equipo de psicología - Dependentia