¿Cómo me afecta la reforma laboral?
Los cambios en la normativa del trabajo no solo tendrán impacto en los contratos nuevos Si se enfrenta a un despido, las reglas del juego son nuevas |
La reforma laboral que entrará en vigor mañana, no solo afectará a quienes logren un nuevo contrato. Todos los trabajadores, en mayor o menor medida, se enfrentan a unas nuevas reglas del juego dentro de un marco diferente al que había establecido el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero con la anterior reforma. El Ministerio de Empleo ha ofrecido las primeras pistas sobre los cambios en la normativa tras la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros en la que participaron la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez. |
¿Me afecta el contrato de 33 días? Los trabajadores que logren un nuevo empleo, firmarán un contrato con una indemnización máxima por despido (por ejemplo, si se trata de un despido improcedente) de 33 días por año trabajado, con un tope de compensación de 24 mensualidades. Antes esa indemnización máxima era de 45 días y con el tope de 42 mensualidades. Es decir, si trabaja para su empresa a partir de 11 de febrero de 2012 durante 10 años con un sueldo de 20.000 euros anuales, la indemnización máxima será aproximadamente de de 1.808 euros (correspondiente a 33 días de trabajo) multiplicado por 10, que son los años trabajados. 18.080 euros en total, frente a los 24.650 euros que hubiera cobrado con 45 días de indemnización. Los trabajadores que ya tuvieran un contrato no se escapan de la reforma referente a los días de indemnización por despido. Si su contrato anterior recogía una indemnización máxima de 45 días por año trabajado, esa será su compensación, pero contando solo hasta 11 de febrero de 2012. A partir de ahora, los años que siga trabajando para su empresa le acumularán indemnización de 33 días. Es decir, si llevara 10 años trabajando para su empresa y lo despidieran el año próximo de manera improcedente (11 años en total), cobraría en dos tramos su compensación: el equivalente a diez años con 45 días de indemnización y el último, en el que ya funciona la reforma laboral, con 33 días de indemnización. ¿Será más fácil para las empresas despedirme? Las empresas que quieran realizar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), y por tanto acogerse a pagar la indemnización mínima (20 días por año trabajado con un máximo de un año) no necesitarán el visto bueno de la Autoridad Laboral. Hasta ahora, la mayoría de compañías que querían aplicar un ERE pactaban con el comité de empresa las compensaciones, ya que de este modo, la autoridad laboral no se oponía si no existían irregularidades legales. Para lograr el pacto, las indemnizaciones solían ser más elevadas. Ahora, sin embrago, la empresa solicitará el ERE alegando una de las causas establecidas para lograrlo. Si existe conflicto con los trabajadores, solo un juez podrá parar el expediente. Las causas que una empresa puede alegar para presentar un ERE se amplían. Por tanto, se amplían los casos en los que la empresa pagará la indemnización por despido procedente, la más baja (20 días por año trabajado y un tope de 12 mensualidades). Según ha explicado la ministra de Empleo, las empresas podrán hacer despidos colectivos no solo si ya están en pérdidas. También si tienen "pérdidas actuales o previstas" o una "disminución de ventas durante tres trimestres consecutivos". ¿Qué tipos de despido me pueden aplicar ahora? Depende de si el despido se considera procedente o improcedente. Si es procedente (porque la empresa puede acogerse a causas económicas, organizativas, etc) la indemnización será de 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades. Si el despido es considerado improcedente o logra un pacto con su empresa, podrá cobrar 45 días por año (un máximo de 42 mensualidades) por los años trabajados hasta hoy y a partir de mañana acumulará 33 días por año trabajado con tope de 24 meses. Si su contrato empieza mañana, y llega a ser despedido en el futuro de modo improcedente, cobrará 33 días por año trabajado con un máximo de 24 meses. ¿Podré encadenar en una empresa contratos temporales? Como máximo durante 24 meses. A partir del 31 de diciembre, volverá estar prohibido mantener a un trabajador más allá de los dos años con contratos temporales. ¿Qué ventajas tendrán los jóvenes a la hora de lograr contratos? La reforma quiere que las pequeñas y medianas empresas cuenten con jóvenes. Por eso, se les permitirá tener a los empleados de menos edad con un periodo de prueba de un año. Además, la empresa tendrá derecho a una deducción en su cuenta fiscal de 3.000 euros cuando contrate a su primer trabajador, siempre que tenga menos de 30 años. Si se trata de un un nuevo empresario quien contrata a su primer trabajador. Las empresas (de cualquier tamaño) que contraten jóvenes de menos de 30 años, también tienen bonificación en las cuotas de la Seguridad Social que abonen por ellos. 1.000 euros en el primer año de contrato, de 1.100 euros en el segundo y de 1.200 euros en su tercer año de contrato. ¿Hay ayudas para contratar a parados de más de 45 años? Hay bonificaciones en las cuotas de la Seguridad Social si se trata de desempleados de larga duración. La empresa podrá ahorrarse 1.300 euros al año los tres primeros años de su contratación. ¿Qué tendrá que hacer la empresa para reducirme la jornada laboral? La empresa podrá realizar un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que suponga la reducción de la jornada laboral sin acudir a la Autoridad Laboral, como venía siendo necesario hasta ahora. Aparte de todo lo que se negocie a un nivel superior, el empresario y los representantes de los trabajadores pueden consensuar un convenio propio que se adapte a sus peculiaridades. Si soy un parado con prestación, ¿a qué estoy obligado? La nueva normativa prevé que los parados que formen parte de las listas del Inem y estén cobrando las prestaciones puedan "realizar servicios de interés general en beneficio de la comunidad a través de convenios con las Administraciones Públicas". Gracias a este resquicio legal, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, podrá tirar de parados para que trabajen en bibliotecas u otros servicios públicos. Botella había pedido voluntarios para estas tareas. El Gobierno pretende controlar las bajas injustificadas y las incapacidades temporales a través de las mutuas de trabajo. ¿Tengo derecho a formación? Todos los trabajadores tendrán derecho a 20 horas de formación anuales pagadas por la empresa. Se amplía hasta los 30 años el contrato de formación y aprendizaje, hasta que el paro baje del 15%. ¿Las mujeres tienen ventajas a la hora de ser contratadas? Las empresas de sectores tradicionalmente masculinos cuenta con algunas bonificaciones si contratan mujeres. Si se trata de mujeres de menos de 30 años, a las reducciones al paro de la Seguridad Social para los jóvenes, se les añaden otros 100 euros más (es decir, 1.100 euros de ayuda el primer año). Si se trata de mujeres de más de 45 años, en paro de larga duración, la bonificación de 1.300 euros se eleva a 1.500 euros. |
La formación genera dudas La reforma laboral garantiza a los trabajadores 20 horas formativas retribuidas El empresario puede vetar los cursos al empleado si no le parecen adecuados No se determina cómo se pagarán las clases y se aparca el 'cheque formación' |
El Ministerio de Empleo destacó que la reforma laboral incidía especialmente en mejorar las posibilidades de formación continua de los trabajadores. En las explicaciones que la ministra Fátima Báñez ofrecióel primer día, la formación ocupó un lugar privilegiado en su discurso. Y, sin embargo, en la reforma laboral los cambios en esa materia se quedan en poco más de cinco artículos, al margen de los dedicados al llamado contrato de formación para jóvenes. Además, se han generado más dudas de las despejadas. Los empleados tendrán derecho a 20 horas retribuidas de formación. Sin embargo, el margen para decidir el contenido, cómo se desembolsará su coste o quién podrá impartirlo siguen en el aire. Lo peor, dice Fernando Puig-Samper, secretario de formación para el empleo del sindicato CC OO, es que la confusión sobre las reglas del juego hace que los cursos de este año sigan en el aire. "A día de hoy, la formación de 2012 está sin planificar. En marzo termina la ejecución de los cursos de 2011, y después no sabemos qué pasará. Hay un vacío de interlocución en el Ministerio”. El sindicalista teme que el ansia de anunciar reformas acabe por congelar el sistema de formación. Cerca de 432.000 empresas ofrecieron formación a sus trabajadores en 2011, según cifras de la Fundación Tripartita, ente en el que participan el Estado, la patronal y los sindicatos que gestiona las bonificaciones de las acciones de formación. La duración media de los cursos ofrecidos por las empresas (formación de demanda) fue de unas 27 horas. Los cursos elegidos por los empleados fuera de la jornada laboral duraron 64 horas de media. Entre lo más demandado, prevención de riesgos laborales, gestión o informática. El cambio más llamativo que incluye la reforma en materia de formación es que se considera "un derecho individual” del trabajador. Se reconoce a los trabajadores en riesgo de perder su puesto por "falta de adaptación a las modificaciones técnicas” el derecho de tratar de reciclarse con formación retribuida durante al menos dos meses. Además, igual que los trabajadores tienen un documento con su vida laboral, dispondrá de una "cuenta formación”. El empleado que lleve más de un año en la empresa tendrá derecho a recibir 20 horas de formación al año, y que no se les descuente ese tiempo de su sueldo. Pueden acumular las horas de hasta tres años. El contenido, especifica la norma, debe estar relacionado con el puesto de trabajo, y el permiso "se fijará de mutuo acuerdo entre trabajador y empresario”. Este es el punto que más preocupa a los sindicatos. En la práctica, temen que quede en manos del empresario admitir o no que el curso y dar permiso o negarlo, ya que no hay una figura que, en caso de negativa continuada, medie. Academias o agencias de colocación acreditadas podrán ofrecer cursos para trabajadores "Se insiste en la necesidad de formación, pero ¿formación en qué? En algunos sectores hay incluso sobrecualificación y en otros, lo necesario es una formación técnica muy específica, pero la normativa no incide en la calidad o la orientación de los cursos”, apunta Carlos Alfonso, catedrático de Derecho del Trabajo. "Si no se planifica adecuadamente la formación, el trabajador al final acaba frustrado, y acabamos teniendo un mercado con miles de universitarios haciendo de camareros”, avisa. Por otra parte, ¿quién pagará la formación de esas 20 horas? Al margen de acogerse a los cursos de sindicatos o patronales, no se especifican más ayudas. La reforma dice que en un futuro se podría crear un "cheque formación”, pero deja su desarrollo para el futuro. Según Arturo de las Heras, director general del centro de formación CEF, si funcionara ese cheque "cada trabajador podría solicitar los estudios y centros que estimase más oportunos, con el visto bueno de su empleador. Ampliaría la oferta de cursos y los centros de formación competirían en un sistema abierto, por lo que mejoraría la calidad”. Pero la cuestión económica también preocupa a los empresarios. Félix Martín-Monzú, director de asuntos sociolaborales de Anfac, asociación de los fabricantes de automóviles, cree que se debería incidir en las bonificaciones. "Los fabricantes han invertido unos 400 millones en formación en seis años. Solo han recuperado 29 millones con las bonificaciones”, se queja. Las empresas, dice, deberían poder ofrecer cursos de oferta, es decir, participar en fondos hasta enero reservados para sindicatos y patronales. "Se insiste en la formación, pero sin garantizar calidad”, afirma un experto Precisamente ese es otro de los cambios más llamativos: los cursos y su subvención, como en la formación a parados, ya no estarán acotados a patronales y sindicatos, lo que preocupa especialmente a estos últimos. Se abre también a centros "autorizados”. Adecco, agencia de colocación, se prepara para poder ofrecerlos. "Tenemos divisiones de formación, así que haremos las solicitudes que hagan falta para poder ofrecer los cursos”, dice Santiago Soler, secretario general de Adecco. "Entendemos que nos hará falta una autorización distinta de las que tenemos ahora, pero de momento no nos han dicho nada”, reconoce. "Creo que los cambios de la reforma son buenos, pero es cierto que en muchas cosas remite a reglamentos futuros. Lo que habrá que hacer es animar al Gobierno a que vaya aclarando los detalles”, pide Soler |