Cómo impedir que el empresario te obligue a dimitir

14.04.2015 09:51

A veces los trabajadores se ven obligados a soportar unas condiciones de trabajo que no se ajustan a la legalidad, debido a que el empresario les tiene sometido a sus incumplimientos, un día tras otro día, un año tras otro año, hasta el momento que se ven obligado a ceder y presentar su dimisión voluntaria, perdiendo en ese caso su derecho a la indemnización por despido y el acceso a la prestación por desempleo.

 
En caso de que el trabajador no esté dispuesto a ceder ni a perder su empleo, se vería obligado a soportar unos incumplimientos empresariales ilegales que le perjudican gravemente, con lo cual sale perdiendo, en cualquier caso; ceda o no ceda.
 
Sin embargo, existen otras alternativas que no conllevan seguir agachando la cabeza o darse la baja voluntaria de la empresa. En este articulo intento exponer mis opiniones, y darle al trabajador otras perspectivas o alternativas que puede utilizar para ganarle el pulso al empresario.
 
Ante los incumplimientos del empresario siempre caben diversas alternativas que no perjudican o no deberían perjudicar al trabajador. Las expondré a continuación por orden de efectividad en su resultado, de menos a más.


1. Presentar una denuncia en la Inspección de Trabajo
La mayoría de incumplimientos graves que puede cometer el empresario están tipificados como infracción (leve, grave o muy grave) en la Ley sobre Infracciones y Sanciones en el Orden Social, con sus correspondientes sanciones en proporcion a su gravedad. La Inspección de Trabajo siempre está dispuesta a recibir las denuncias de los trabajadores, en cuyo caso, el Inspector realizará las oportunas comprobaciones y comprobaciones de la legalidad vigente, y emitirá su acta de inspección con resultado positivo o negativo. En cualquier caso, por la experiencia de anteriores denuncias presentadas en nuestro despacho, si los hechos no están claros, es difícil obtener un resultado favorable y los incumplimientos empresariales quedan impunes.



2. Enviar un escrito a la empresa
Otra de las alternativas puede ser enviar un escrito o burofax a la empresa, -mucho mejor si está firmado por un abogado-, señalando los incumplimientos en los que está incurriendo el empresario, y advirtiendo que en caso de no respetarse los derechos e intereses de los acreedores, se procederá a tomar cuantas medidas se consideren oportunas y que en cualquier caso serán más onerosas para el empresario.

3. Demandar a la empresa
Este apartado podríamos dividirlo en dos subapartados, que se distinguen en función de que el trabajador desee conservar su puesto de trabajo o desee marcharse por no soportar más al empresario.

3.1.- Si el trabajador quiere conservar su puesto de trabajo, puede demandar a la empresa por los imcumplimientos concretos en los que esté incurriendo, por ejemplo; impago de salarios, imposición unilateral de las vacaciones, negativa a la reducción legal de jornada por cuidado del menor, imposición de unos horarios de trabajo que no respetan los descansos mínimos, etc. Estas demandas van encaminadas a reestablecer la legalidad vigente que el empresario está incumpliendo y resarcir al trabajador por los perjuicios sufridos.

3.2.- Si el trabajador decide que no quiere seguir trabajando en ciertas condiciones, mejor hacerlo con derecho a indemnización y acceso a la prestación por desempleo, para lo cual debe presentarse una demanda de resolución del contrato de trabajo por incumplimiento del empresario: modificación ilegal de las funciones del trabajador, retrasos continuados en el pago del salario, o cualquier otro incumplimiento que tenga la suficiente gravedad para pedir la "resolución indemnizada del contrato de trabajo".

Además, cuando el trabajador decide que quiere abandonar su puesto de trabajo, es fácil que lo consiga con sus derechos reconocidos, puesto que el empresario acabara cediendo, ya que no le conviene mantener a un trabajador en su contra que puede causarle muchas molestias y perjuicios:
- En caso de acoso cogerá bajas laborales (durante las cuales el empresario seguirá pagando las cotizaciones empresariales a la seguridad social),
- En otros casos, se negará a obedecer condiciones de trabajo ilegales (total, lo peor que puede pasarle es que le despidan y eso es lo que quiere),
- En cualquier caso, denunciará continuamente a la Inspección de Trabajo por cada incumplimiento, etc.

En resumen, una situación incómoda y perjudicial para la empresa.


Garantía de indemnidad
Por descontado, ante cualquier movimiento del trabajador, el empresario siempre se encuentra en una posición de superioridad, con lo cual no es nada sorprendente que tome algún tipo de represalia contra el trabajador (suspensión de empleo y sueldo, degradación ilegal de las funciones, o incluso el despido).

El trabajador debe saber que cualquier represalia por defender sus derechos contra la empresa, es radicalmente ilegal y nula. Las represalias están prohibidas ya que de lo contrario ningún trabajador podría defenderse, y por ese motivo los jueces las anulan y restituyen al trabajador las condiciones anteriores, incluso si se trata de un despido por represalia, en cuyo caso, el trabajador deberá ser readmitido con abono de los salarios dejados de percibir desde el momento del despido hasta el día de se reingreso en la empresa.


Evitar los acuerdos fraudulentos de extinción de mutuo acuerdo
Es necesario evitar ciertas prácticas fraudulentas como el acuerdo entre empresario y trabajador para "arreglar los papeles del paro", puesto que en primer lugar, se está defraudando a todos los españoles integrantes del sistema de Seguridad Social, y en segundo lugar, si la Inspección se da cuenta de que el trabajador ha renunciado a su indemnización por despido con objeto de acceder a la situación legal de desempleo y cobrar el paro, se podría sancionar tanto a la empresa como al trabajador y condenarlos solidaramiente a la devolución de las cantidades percibidas indebidamente en concepto de desempleo a favor del trabajador despedido.